lunes, 18 de enero de 2010

¿QUÉ LEE ESTA BELLA JOVEN?

Imaginad que historia tiene tan ensimismada a nuestra joven amiga. ¿Será una historia de amor, un relato de aventuras? ¿Quizás ha descubierto un misterio, un secreto...?

LA CARTA

Había estado lloviendo toda la mañana, pero por la tarde el cielo se despejó dejando ver un cielo de color anaranjado. Era uno de los atardeceres más bonitos que Marta había contemplado en su vida. Decidió dejar su pena a un lado y dar un paseo cerca del acantilado. Le apetecía sentir la brisa del mar sobre su rostro y escuchar el sonido de las olas al romper contra las rocas. Se abrigó un poco y salió de casa tomando el camino que llevaba al viejo faro. Le vinieron a la memoria, posiblemente inspirados por el olor a hierba mojada, recuerdos de su niñez, de cuando jugaba por aquellos campos de su infancia, pero sobre todo, de cuando conoció a Luis. ¿Cuántas veces habían paseado juntos por aquel mismo camino? Hacía tres meses que Luis se fue. Normalmente, Luis escribía a Marta todas las semanas, pero aquella semana ninguna carta para Marta llegó en el correo semanal.
Se oían rumores de que la guerra estaba siendo muy sangrienta. Los soldados, en innumerables ocasiones, se veían forzados a pasar semanas escondidos y refugiados en la sierra. Eso era lo que a Marta prefería pensar, que mañana lunes, con el correo, recibiría carta de su querido Luis.
Hacía fresco, Marta decidió volver a casa y encender la chimenea para calentar la casa. Cenó temprano y se acostó pronto, como en un intento para que amaneciera más temprano, pero aquella noche Marta no pudo pegar ojo. Le venían a la mente las peores ideas posibles sobre lo que le podía haber pasado a Luis. Luego, se animaba pensando que no pasaría nada, que mañana le llegaría la carta y estaría más tranquila. Así pasó la noche entera.
Al alba, un fugaz rayo de sol despertó a Marta. Ya era de día, al final había dormido algo. Sin desayunar ni peinarse, salió de su casa camino al pueblo. Cuando llegó, encontró mucha gente esperando frente a la oficina de correos. Los nervios la estaban destrozando mientras aguardaba.
Cuando llegó su turno,como el lunes pasado, aquella mañana tampoco había carta para ella...

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