martes, 26 de enero de 2010

INVENTAMOS UN TÍTULO, ESCRIBIMOS UNA HISTORIA


Hoy vamos a escribir historias colectivas y utilizaremos una técnica surrealista como hacían los dadaístas que, entre otros métodos de creación, utilizaban el azar para crear historias y poemas. Así que vamos a poner en práctica una de sus técnicas:

Cada uno de los componentes tiene una hoja y un bolígrafo. Se escribe una palabra en la parte superior. A continuación, se pliega la hoja para ocultar la palabra y se pasa la hoja al vecino o vecina. Se escribe una palabra cada vez que el papel cambia de componente.
El orden en el que deben escribirse las palabras es el siguiente:

- La primera persona escribirá un nombre.
- La segunda persona escribirá un adjetivo.
- La tercera persona escribirá un verbo.
- La cuarta escribirá un nombre.
- Y la última escribirá un adjetivo.

A continuación, el grupo añade las palabras que sean necesarias para que exista concordancia y sea legible la frase resultante.
Repetiremos la actividad anterior cinco veces, teniendo en cuenta que debemos cambiar el orden de las personas del grupo. De esta manera tendremos cinco títulos. El grupo elegirá el que más le guste para su historia colectiva.

Pero esto no acaba aquí. Para escribir nuestro relato, deberemos seguir también una serie de pautas:

- Cada persona del grupo debe escribir la respuesta a la pregunta que le toque por orden.
- La condición indispensable es no ponerse de acuerdo con los demás y no contestar lo primero que se nos ocurra. Debemos meditar bien nuestras respuestas.

Las preguntas son las siguientes:

1: ¿Quién era?
2: ¿Dónde estaba?
3: ¿Qué hacía y cómo lo hacía?
4: ¿Qué pensaba la gente?
5: ¿Cómo terminó todo?


EL PERRO FEO QUE LIMPIÓ A LA VACA GUARRA

Erase una vez en una granja, un perro muy feo, muy feo que no encontraba pareja de su misma especie. Un día leyendo el Europasur vio el siguiente anuncio:
"Vaca muy apañada, bien dotada y muy guarra busca pareja para esporádicos."
El perro no dudó un segundo en llamar a la vaca para concertar una cita en el "Mama Juana". Una vez allí, ambos decidieron salir a cantar una canción juntos en el karaoke (En la granja de Pepito). La gente al verlos, pensó: ¡oy! ¡qué perro más feo! ¡qué vaca más guarra!
Entre "mus" y "guaus" surgió el amor y no tardaron mucho en irse a vivir juntos. Acordaron que el perro limpiaría a la vaca y la vaca le haría al perro un cambio de look. Al poco tiempo, la vaca estaba como los chorros del oro y el perro igual de feo pero contento.
Pasaron los años y la vaca se obsesionó con la limpieza y el perro se hizo un lifting, se echó las mechas y se puso en peercing, con lo que quedó la mar de mono.
Al final, el amor se les rompió de tanto usarlo, ya que a la vaca le gustaba el perro por ser feo y al perro, la vaca por guarra.
Moraleja: "Cada uno es de su padre y de su madre"

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