Hoy vamos practicar una imaginativa técnica de Gianni Rodari que consiste en desarrollar una historia partiendo de esta pregunta: ¿Qué pasaría si...?. Es decir, debéis escribir una historia partiendo de una de las hipótesis fantásticas que se plantean.
Por ejemplo, podían ser éstas:
• ¿Qué pasaría si al abrir la puerta te encontraras con un cocodrilo que te pide un poco de perejil?
Por ejemplo, podían ser éstas:
• ¿Qué pasaría si al abrir la puerta te encontraras con un cocodrilo que te pide un poco de perejil?
• ¿Qué pasaría si al despertarte te hallaras dentro de un zapato?
• ¿Qué pasaría si desapareciera de repente todo el dinero del mundo?
• ¿Qué pasaría si te eligieran rey por una semana?
• ¿Qué pasaría si notaras que te están saliendo alas? …
• ¿Qué pasaría si desapareciera de repente todo el dinero del mundo?
• ¿Qué pasaría si te eligieran rey por una semana?
• ¿Qué pasaría si notaras que te están saliendo alas? …
El hombre invisible

Una mañana de domingo, al despertar, como casi todas las mañanas fui al servicio, pero cuando me miré en el espejo al lavarme los dientes, solo podía ver el cepillo de dientes flotando en el aire. Tras el sobresalto, descubrí que en el espejo solo se veía mi ropa. Bastante asustado, fui a despertar a mi novia, pero ella tampoco me veía. Podía oírme e incluso tocarme, pero no podía verme. Entonces decidí, ya que era veranito y hacía bastante calor, quitarme la ropa para que nadie pudiera verme. Me acerqué muy poquito a poco a mi gato por la espalda y cuando menos se lo esperaba, le di tal susto, que se le puso el rabo como un plumero. El pobre Foter, me podía oler, pero no me veía.
Lo que más ilusión me hizo es el poder salir sin tener que afeitarme. A continuación se me ocurrió irme a dar una vuelta con el coche. Puse la música a toda ostia y me di una vueltecilla por las calles más céntricas. Os podréis imaginar las caras de la gente al ver pasar al “coche fantástico” y al escuchar a “kit” hablando. Unos minutos más tarde me encuentro un control de nuestra policía local, escondidos como siempre tras una esquina. Uno de ellos me dio el alto en plan vacilón, pero la cara se le cambio al ver que nadie conducía el vehículo. Tras aparcar el coche, procedí a darles mi documentación y la de mi coche explicándoles al mismo tiempo que esa mañana, me había despertado invisible. El más chulillo de ellos pretendió multarme por ser invisible, pero afortunadamente, la invisibilidad, no está contemplada en el código penal como delito o falta con motivo de sanción. Decía que si por avería o por alguna otra cuestión tuviera que salir de vehículo en plena carretera, la gente no me vería y podría causar un accidente. Yo le respondí que para eso tenía mi chaleco reflectante correctamente homologado al igual que mi triangulo de señalización.
Afortunadamente, me dejaron ir, eso sí, con una cara de mala hostia que no veas. Me disponía a montarme en mi coche para continuar mi vueltecita, cuando uno de ellos me dio el alto: ¡Que va usted en pelotas!
¡Mierda!, al final me multó por escándalo público.
No hay comentarios:
Publicar un comentario